La política demográfica del hijo único en China - La Gran Paradoja

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12 junio 2012

La política demográfica del hijo único en China

En 1979 se fija como objetivo el hijo único en todo el país (aunque se permiten números mayores en algunas áreas especiales o en ciertas minorías étnicas, especialmente si son de tamaño muy reducido). El objetivo general es conseguir estabilizar la población hacia el año 2000, alcanzados los 1.200 millones de habitantes. Según las proyecciones, de no tomarse medidas drásticas, la simple inercia demográfica puede conducir a crecimientos mucho mayores, que pondrían en peligro los programas de modernización de la época.

Un objetivo tan drástico no tiene precedentes. Como en las campañas anteriores, combina propaganda, presión social y puede llegar a las sanciones, pero esta vez se añade una vinculación entre el cumplimiento de la ley y ciertos beneficios o penalizaciones económicos que lo convierten en un programa único. Las parejas con un sólo hijo, si se comprometen a no tener más, reciben un certificado que les proporciona beneficios como una baja de maternidad más prolongada, mejores servicios pediátricos, preferencia en la asignación de vivienda e incluso ayudas en metálico.

Pero en las áreas rurales la fecundidad es mayor, y el control se vuelve omnipresente mediante brigadas de personal sanitario femenino que presionan para que los solteros retrasen el matrimonio (de hecho en 1980 se prohibe el matrimonio antes de los 22 y los 20 años de hombres y mujeres respectivamente), los recién casados esperen antes de tener su hijo, y los que ya lo tienen se ven sometidos a exámenes y supervisión de sus prácticas anticonceptivas, con fuertes presiones hacia el aborto y la esterilización si se sobrepasa el hijo único (hay acusaciones sobre presiones conducentes incluso al infanticidio).

Mientras Occidente, con EEUU al frente, ve con temor el rápido crecimiento demográfico del Tercer Mundo, no sólo no cuestiona los métodos de China, sino que le presta su asesoramiento y financiación, especialmente a través de la Asociación Internacional para la Planificación Familiar y el Fondo de Naciones Unidas para Actividades de Población (FNUAP). Pero tras alcanzar Ronald Reagan la presidencia, apoyado por sectores ultraconservadores y antiabortistas, la política de EEUU experimenta un giro radical.

En 1985, EEUU retira 10 de los 45 millones de dólares que, a través de USAID (la agencia para la ayuda al desarrollo internacional) aportaba al FNUAP, equivalentes a la ayuda anual de éste al programa de planificación familiar en China, al que califica de “impositivo”. En realidad, en esa época la URSS se descompone y la extensión del comunismo deja de ser una amenaza asociada al rápido crecimiento de los países pobres. Además la “revolución neoliberal”, con sus ajustes del gasto público, llevan a EEUU a revisar el conjunto de sus aportaciones a instituciones internacionales, especialmente a Naciones Unidas, que se ha vuelto poco “dócil”.

En 1986 el argumento de que el FNUAP apoya el programa del hijo único en China sirve para retirarle por completo toda la financiación. Aunque la llegada de Clinton supondrá la derogación de la “doctrina Reagan” en materia de población, EEUU nunca ha vuelto a ser el gigantesco impulsor y financiador del control del crecimiento demográfico de los países pobres.

En 1999 China ha experimentado un incremento de más de 670 millones de habitantes respecto a 1953, superando los 1.252 millones (Europa no llega a 580 millones en ese año).

Foto: azwegers
Fuente(s): apuntesdedemografia.wordpress.com

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