Nuestra Vía Láctea colisionará con la Galaxia Andrómeda en un futuro - La Gran Paradoja

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14 octubre 2011

Nuestra Vía Láctea colisionará con la Galaxia Andrómeda en un futuro

La colisión entre las dos galaxias más grandes del Grupo Local, la Vía Láctea y Andrómeda es un evento que se cree tendrá lugar en el futuro, y en el cual las dos galaxias acabarán por fundirse en una galaxia mayor (muy posiblemente, una galaxia elíptica).

Si bien se sabe que ambas galaxias se acercan a una velocidad de alrededor de 300 kilómetros por segundo referida al Sol y que se aproximarán dentro de 3000 millones de años, al desconocerse la velocidad tangencial de Andrómeda no se sabe aún si se producirá en ese momento tal colisión -para ello habrá que esperar al lanzamiento de la misión Gaia en el 2013, con la cual se sabrá ese dato-, o si se producirá más adelante, siendo sólo un simple acercamiento entre las dos galaxias; lo único que está claro es que, con mucha probabilidad, tarde o temprano acabará por ocurrir.

La colisión entre las dos galaxias
Las dos galaxias se alejarían una de la otra hasta que su atracción gravitatoria las frenara y las obligara a acercarse de nuevo la una a la otra, y esta vez de manera definitiva. Las dos chocarían finalmente -esta vez de frente-, y el resultado de ello sería un violento brote de formación estelar -e incluso, dada la presencia de agujeros negros supermasivos en el centro de cada galaxia, que tras fusionarse ambos con una violenta emisión de ondas gravitatorias se acumulara gas allí que formara un quasar- y la fusión definitiva de las dos galaxias para formar posiblemente una galaxia elíptica gigante, que ha sido bautizada con nombres cómo Lactómeda.

Es importante hacer notar que, pese a la violencia del evento, las colisiones entre estrellas serían muy raras debido a su gran pequeñez en comparación con la inmensidad del espacio que hay entre ellas -si el Sol fuera una canica de 1 centímetro de diámetro, Alpha Centauri (la estrella más próxima) estaría a alrededor de 300 kilómetros-.





Ya en 1959 se sugirió la probabilidad de que éste evento sucediera, pero hasta recientemente no ha podido verificarse lo que ocurriría gracias al uso de simulaciones informáticas; las más recientes confirman este modelo -con diferencias como que por entonces habrá poco gas en los discos de Andrómeda y la Vía Láctea, por lo que el brote estelar que se produzca será bastante débil-, e incluso permiten dar las probabilidades de dónde acabaría nuestro Sol tras la colisión; es bastante posible que acabara en el halo galáctico de la nueva galaxia; o incluso que durante la colisión fuera arrancado de la Vía Láctea y pasara a formar parte de Andrómeda, aunque parece poco probable; o que acabara en el espacio intergaláctico, algo que también parece improbable.

También es interesante observar que, si la colisión se produce dentro de 3000 millones de años, nuestro Sol seguirá brillando por entonces y estará en la Secuencia principal aún. Sin embargo, los modelos de evolución solar apuntan a que para entonces la Tierra será inhabitable debido al aumento de luminosidad de nuestra estrella.

Fuente: wikipedia.org

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