Corrientes en chorro, invisibles pero importantes

Una corriente en chorro es un flujo de aire rápido y estrecho que se encuentra en las atmósferas de algunos planetas, incluyendo la Tierra.

Los patrones de viento en las capas más altas de la atmósfera incluyen grandes células verticales y rotatorias que ayudan a redistribuir el calor lejos del ecuador, hacia latitudes superiores.

Normalmente estas células son bastante estables, pero hay ocasiones en las que se deshacen y sufren una modificación. Cuando esto ocurre, su influencia en las estaciones a nivel mundial es más acusada que de costumbre. Inundaciones y sequías periódicas se han relacionado con el comportamiento de algunas de estas corrientes verticales. Auténticos ríos de aire muy veloces, llamados corrientes en chorro, también cruzan a gran velocidad el cielo en su parte más alta, y llegan a alcanzar los 400 km/h. 

A principios del siglo XX se comenzaron a predecir estas corrientes de forma teórica, pero no fue hasta el conflicto aéreo sobre el Pacífico, sucedido en la segunda guerra mundial, cuando hubo que enfrentarse a ellas desde un punto de vista práctico.

Las corrientes en chorro están formadas sobre todo por vientos del oeste y son consecuencia de las grandes diferencias de presión y temperatura que se dan en las capas más altas de la atmósfera.

En invierno, cuando el contraste de temperatura es mayor, estas corrientes son más acusadas y se desplazan hacia el ecuador; en verano se debilitan y toman dirección a los polos.

Las corrientes en chorro son muy rápidas, pero relativamente estrechas: pueden medir miles de kilómetros de largo y no más de uno o dos de ancho. No es raro que una línea larga de nubes indique la presencia de una de estas corrientes; las nubes se forman cuando el aire asciende y gira alrededor de la corriente en chorro.

Si las conocen, los pilotos de aviación pueden reducir el tiempo de vuelo «cabalgando» sobre una de ellas.

Fuente(s): astroyciencia.com

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