Algunos datos sobre el café que quizá no conozcas - La Gran Paradoja

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29 mayo 2012

Algunos datos sobre el café que quizá no conozcas

Según una leyenda, la historia del café comenzó en África, hace más de mil años. Allí vivía un pastor llamado Kaldi. Y relatan que un día en que llevó a pastar a sus ovejas, las notó muy nerviosas y dando saltos y brincos. Al investigar la causa de esto, notó que estaban comiendo unos granos de un arbusto que por allí crecía, y decidió probarlos. Como eran muy duros, los hirvió y logró obtener así el primer café. También relatan que Kaldi no tuvo sueño por muchas horas después de esto. Kaldi relató esto a un monje que se dormía mientras rezaba sus oraciones, y como con el café logró mantenerse despierto, fue pasando el secreto a los otros monjes.

Otra leyenda similar, sitúa esta escena en Arabia, donde vivía un caíd llamado Mullach Schaldelich, hombre devoto y buen musulmán pero que se dormía vencido por el sueño, leyendo el Corán. Cierto día encontró a un pastor, y sucedió como en la anécdota anterior, que descubrieron los granos del cafeto, y los tostaron e hirvieron. Y fue así como dieron origen a esta infusión.

Si bien existe esta pintoresca leyenda, los investigadores dicen que el café es oriundo de Arabia, y se cultivaba en las zonas aledañas al Mar Rojo hacia el 695 después de Cristo. Pero no se impuso para el consumo masivo hasta alrededor de los siglos XV y XVI, en que comenzaron a aparecer plantaciones en la región de Yemen.

En Europa, el consumo de café en infusión aumentó hacia el siglo XVII, y las colonias holandesas comenzaron a producirlo. En 1714, los franceses la trajeron a América, pues trasladaron un esqueje vivo de cafeto a la Isla Martinica, y esa sola planta dio origen a la reproducción y asentamiento de extensos cafetales en América Latina. Por ello, en la actualidad, si bien tuvo sus orígenes en Arabia, los países mayores productores de café son Colombia y Brasil, y otros países sudamericanos, que cubren la mitad de todo el consumo mundial.

Debido a la gran importancia económica que cobró la explotación del café, varios países latinoamericanos firmaron acuerdos de asignación de cuotas antes de la II Guerra Mundial, y cada uno de ellos tenía garantizada una cuota del mercado de café de Estados Unidos. El primer convenio de cuota se firmó en 1940 y lo administró la Oficina Panamericana del Café. En 1962 se acordó fijar cuotas de exportación de café a escala mundial, y las Naciones Unidas negociaron un convenio cafetero internacional. Durante los cinco años que estuvo en vigor este convenio, aceptaron sus condiciones 41 países exportadores y 25 importadores. El convenio se renegoció en 1968, 1976 y 1983. En 1989, los países participantes no no llegaron a firmar un nuevo acuerdo, y los precios del café en los mercados internacionales se desplomaron.

El café pasa por un proceso de elaboración y torrado, tostándose el grano sin llegar a quemarlo. Llega al mercado presentado en grano, molido, suelto por peso o envasado, para colar o soluble, con cafeína o descafeinado; es decir, según el gusto del consumidor.

Para realizar el café descafeinado, se extrae la cafeína tratando el grano verde con disolventes organoclorados. Después de eliminar los disolventes, el grano se tuesta de la forma habitual. Y así pueden consumirlo también las personas muy sensibles a los efectos de la cafeína. En 1901, el químico japonés Satori Kato inventó el café soluble, en polvo. En esa época no se impuso, pero en la actualidad es muy utilizado.

Alrededor del año 1650 aparecieron en las ciudades europeas, locales para beber café, y también aparecieron los detractores de esta infusión, considerándolo un veneno, y logrando que algunos reyes prohibieran su consumo, y amenazaran con la muerte a quienes lo consumieran. Pero, lo que realmente querían perseguir con esta prohibición, no era el café en sí, sino las reuniones y tertulias que se realizaban en esos salones, en los que se discutía la política de la época, como sucede en la actualidad.

Foto: selma90
Fuente(s): educar.org

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